jueves, 3 de abril de 2008

zacatecas

En Zacatecas hay dos estaciones la del tren y el invierno. Hace un frío de perros, pero bueno, la idea de ir a su festival no estaba nada mal. La visita de Bob Dylan al norteño estado, era todo un suceso. Llegaron mochileros de varios lares del país, para ver al compositor más influyente de la segunda mitad del siglo XX -aunque se enojen los beatlemaniacos-. Según los datos oficiales fueron cerca de doce mil las personas que asistieron a un concierto, que parece ser, fue el más largo que el músico dio en México. Dylan tocó clásicos en sus versiones tipo bluegrass, "Masters of war", "I'ill be your baby tonigth", "All along the watch tower" y por supuesto "Like Rolling Stone". A nivel musical no hay queja sigue tocando como los grandes. No obstante me descolocó saber que ahora es un divo. Su exigencias en materia de seguridad fueron en exceso, pedir trescientos policias es demasiado, sólo Bush y eso con razón porque tiene tal cantidad de enemigos, que bueno al menos de un sape no se salva. ¿Pero Dylan? Exagerdo creo. O ¿por qué cobró 360 mil dólares por el concierto en Zacatecas, cuando en todos lados tuvo una tarifa de 160 mil. Quiza supuso que como este es uno de los estados con más alto nivel de exportación de braseros, pensó que la ciudad tendría millones de dólares. En serio, mal, ¿dónde quedó el espíritu en aventurero y revolucionario, sólo es materia de conciones? Con todo y todo es un master. Ni pex.

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