viernes, 28 de diciembre de 2007

ENTREVISTA CON VICENTICO

“El rock puede ser tan reaccionario como cualquier político”: Vicentico

Héctor González

Las luces se apagan y en el escenario aparece un hombre de aspecto desaliñado, su nombre es Gabriel Fernández Capello, pero todo mundo le dice Vicentico. Hace siete años todavía llenaba estadios al lado de su banda Los Fabulosos Cadillacs, hoy sigue tocando pero digamos que lo hace en foros más pequeños, como el Salón Vive Cuervo, donde se presentó hace unos días. El artista argentino es de esos músicos que apenas toman la guitarra se transforman. Durante la plática es tranquilo, mesurado para hablar, incluso no faltará quien diga apático, sin embargo en acción es inmenso, retador –pide silencio, cuando los aplausos no cesan-, bailador y potente. Sus seguidores son jóvenes fieles que celebran cada acorde. Y es que si algún mérito ha tenido Vicentico, es precisamente construir una carrera como solista lo suficientemente sólida para poderse desplegar por otros ritmos, sin problema alguno. Prueba de ello es Los pájaros, su tercera entrega donde muestra una elaborada mezcla de ritmos y sonidos.

¿Tres discos como solista, cómo afronta el proceso de hechura?
Bien, fue muy cómodo. Hacer discos es algo lindo. Uno tiene que ser muy tonto para sentirse mal haciéndolos. Si lo haces es porque quieres celebrar un momento de creatividad, profundidad y alegría. Al momento de componer uno se desdobla. Cada canción es independiente, tiene su propia vida. Pero a la vez, las veo como parte de un disco. Algunas quedan fuera por esa idea de que el disco debe ser redondo. Para mi un disco tiene que ser una cosa completa de principio a fin, pero a la vez cada canción tiene que ser un mundo.

Temas recurrentes son la calle, el barrio, ¿hay una visión nostálgica hacia eso?
No, es una visión del presente. La verdad es que también es algo inevitable. No es algo demasiado pensado adrede. Una cosa es la música, la melodía y lo que se me pueda ocurrir a nivel musical y otra cosa es la palabra. Y en mi caso, la palabra tiene que ver con el presente total y con lo que se acerca, con lo que me ayuda, preocupe y me hace tomar conciencia.

Pero ahora como solista lo hace de una manera más particular, con el grupo eran canciones más sociales…
Sí, lo que pasa es que en los Cadillacs yo no era el único que escribía. Flavio y Sergio también lo hacían. Tal vez por eso había una impronta más social y que tenía que ver con algo que escribía Flavio. Ahora bien, yo lo contaba con mucho placer y no me era ajeno, pero mi modo de escribir es más cerrado, pensando hacia adentro y a algo más cercano. Lo mío es un poco más pequeño, veo más cerca.

¿En verdad tiene la cercanía con el barrio, que maneja en las canciones o incluso en sus videos?
Sí. Salgo a diario con mis amigos a jugar futbol… además soy muy bueno.

Otro tema, es la felicidad, incluso tiene una canción donde reflexiona sobre cómo pasa ante nosotros sin que nos demos cuenta…
“Felicidad” habla sobre la imposibilidad. No sé si me ha pasado, pero a veces uno piensa en ella y parece una tontería, pero en realidad es todo. Es la gran hazaña de las personas. Lograr ser feliz puede ser estar vivo o tener hijos. A veces es muy difícil encontrarnos con eso y agarrarlo. La canción habla sobre eso, de alguien que no puede, que la vio y no se atrevió, tal vez por miedo.

¿El miedo nos impide ser felices?
Sí, en principio la felicidad da miedo. La verdad es que la canción es muy simple, me pasa que a veces soy más inteligente pensando que escribiendo canciones. Creo que si me pongo demasiado profundo no voy a ser entendido. Pero me parece que el miedo a la felicidad es lo primero, en realidad el miedo esconde otra cosa, no sé muy bien que puede ser pero es algo que viene con el ser humano, por lo menos con el ser humano occidental.

De ahí la insatisfacción, uno de los distintivos de nuestra época es esto…
Exacto. Hay gente que ha logrado sacudirse de encima esa insatisfacción y sufrimiento. Esa es la pelea que hay que dar. Nada nos asegura que la izquierda o la derecha nos vayan a hacer felices. Borrar el sufrimiento y estar bien es otra cosa, requiere trabajar para dentro, entenderse y saber lo que eres. Aceptar que uno es un animal bruto dominado por su cabeza y que hay otras cosas.

En ese sentido, ¿cómo es usted?
Estoy en medio del camino. Si logramos hablar de esto, quiere decir que dimos un paso y nos sacamos de encima por lo menos la ignorancia. Ahora lo que nos falta es tomar las riendas y dejar lo que no necesitamos. Todavía no soy una persona que pueda decir estoy liberado de todo y soy un tipo feliz. Tengo aún mis oscuridades, pero bueno estamos en plena batalla.

En su disco anterior viene otra canción que empieza “Soy feliz en barrio”…
Esa canción es una declaración de principios, mis pequeños y tontos principios.

En sus tres discos se ha abierto más a géneros más allá del rock, como el bolero, cumbia o música brasileña. ¿Pesa la etiqueta de rock al momento de buscar en otros ritmos?
No, hay tantas etiquetas y ninguna pesa porque no me las tomo en serio. Lo que pesa es hacer cosas si uno no tiene ganas o al revés. Si quieres hacer una cosa, pero no te atreves porque eres artista de rock entonces sí pesa. En eso soy muy tajante. Hago lo que me apetece aunque luego me critiquen. Si quiero cantar bolero, lo canto.

En este disco hay ritmos brasileños, rancheros…
La verdad es que esto lo decido en función de lo que le sirve a la canción. No sé explicarlo, se da de manera natural. Hago la canción y ya viene con su ritmo. “El fantasma” llegó con ese modo de corrido, tal vez porque imaginé una casa en un barrio mexicano con fantasmas adentro. Me gusta escuchar música y estar pendiente de todo. Pero el momento de la composición depende de muchas cosas, a veces tengo la música y después la letra, o viceversa. Hay ocasiones que puedo tardar seis días en encontrar una palabra y otras, en las que puedo tener la canción en diez minutos.

Usted produjo este disco, sin embargo ha dicho que no lo volverá a hacer, ¿por qué?
Es muy cansado, hay que estar muy atento a todo. Además si yo fuera crítico de mis discos, lo que podría decir de los Pájaros, es que tiene mucha personalidad, pero que en cierto modo está un poco duro y tiene algunos tics míos como cantante. Quiero decir, que producir mi propia voz me hizo estar demasiado ordenado y cuidar el detalle. Arreglé demasiado, volví a cantar cosas que ya estaban bien, pensando que las podía mejorar. Esto hace que exista una sobreproducción que a veces no es tan buena.

Colabora con Calamaro…
Andrés es amigo mío desde hace muchos años. Es muy natural que si estoy grabando un disco, él pase de visita y grabé algo.

Además están en la misma sintonía…
Sí, Andrés desde hace mucho es un artista. Esta en esa búsqueda que va más allá de la tontería del rock o del pop. Es lindo encontrarse con gente como él. A veces tiene aciertos, otras no tanto, pero la búsqueda es honesta. Hay que jugar y no atarse, a veces el rock termina siendo tan reaccionario como cualquier político. Es uno horror decir que el rock debe ser de tal o cual manera.

Otro artista que le gusta es Neil Young…
Me encanta, es mi cantante favorito. Siempre ha estado loco, el Harvest es un disco maravilloso, lleno de canciones hermosas.

Y en el otro polo, tenemos que le gusta Christian Castro…
Mucho, me parece un genio. A todos les causa gracia y me da pena por él, porque parece que yo estuviera haciéndome el gracioso o jugando una broma. Pero en verdad me gusta como canta, tiene canciones buenísimas. Es oscuro, se le nota que esconde una personalidad muy extraña. Hay otros artistas de su estilo a los que se le ven los hilos, a Christian no se le ven, no se sabe en que anda. Es un tipo raro y eso me parece atractivo, a parte tiene una voz cristalina y pura. Me parece un gran cantante y aunque haga una canción horrible, encuentro siempre una cualidad interesante.

¿Le gustaría cantar con él?
Sí, pero me da miedo, porque canta muy bien. Lo admiro demasiado.

Ya lo hizo Soda Stereo ¿qué les falta a los Cadillacs para reunirse?
Hemos hablado del tema y coincidimos en que si nos reunimos lo tenemos que hacer con un disco por delante, pero no sólo eso, el disco tendría que ser mejor a todos los que hemos hecho. Sin embargo, todavía no ha llegado ese momento. No queremos que la gente piense que si nos reunimos lo hacemos por plata. Por lo demás me alegro que otros grupos se junten, es bueno que los amigos se reencuentren.

No hay comentarios: