La pretensión
El disparate de la tristeza y
sus animales que
huergan por todos lados
son más verdaderos que yo.
Estas palabras
son más verdaderas que yo.
Son materia y no tiempo,
en sus entrañas hay
una piedra que nunca se acaba.
Los hijos de los hombres se creen
que mojarlas con vino
les quitará conciencia, fuego.
Hay palabras que esperan y nadie las toma.
Solas ahí en silencio florido.
(Mundar. Editorial Era).
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