jueves, 3 de julio de 2008

sobre el libro de Emiliano Monge



Extracto en Vértigo 369:

"El ambicioso ejercicio de Emiliano Monge se resuelve bien. No negaré que llegar hasta el final no es fácil. Los cuentos se exceden en la descripción y en este sentido las alusiones a los animales e insectos son una constante que se vuelve predecible, lo que en consecuencia se traduce en una historia diluida. Monge exige paciencia: si el lector se la otorga —insisto, no es sencillo— descubrirá una obra que nos habla de cómo llenamos nuestra vida de cosas poco sustanciosas y muchas veces no hacemos más que enumerar recuerdos o imágenes —es decir, describir— hasta ahogarnos en una espiral insalvable".

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