viernes, 16 de julio de 2010

Vasconcelos y su pensamiento cósmico


En 1926, un año después de publicar La raza cósmica, el volumen donde José Vasconcelos (1882-1959) promovía el surgimiento de una “quinta raza” en América, dictó una serie de conferencias en Estados Unidos bajo el título The Latin American Basis of Mexican Civilization. Aquellas ponencias prácticamente desconocidas para los lectores mexicanos, ahora son recuperadas y traducidas por Heriberto Yépez en La otra raza cósmica (Almadía).
En la nota introductoria, el propio Yépez escribe: “Si La raza cósmica la dedicó a lectores iberoamericanos, esta contraparte, hasta ahora desconocida en nuestro idioma, la dedicó, precisamente a la otra raza cósmica, la norteamericana”. La reflexión de Vasconcelos plantea que la sociedad mexicana se sostiene por una serie de hilos sueltos e inconexos que no le han permitido afianzar un sustrato de cultura e identidad que se traduzca en desarrollo. Parte de las diferencias entre los procesos colonizadores impulsados por países como Inglaterra u Holanda, y España, para luego compararnos con Estados Unidos y con naciones sudamericanas como Argentina o Brasil.
A su llegada a Norteamérica, Inglaterra no se encontró con civilizaciones, sino con comunidades indias, cosa que no sucedió con España, cuyas fuerzas se toparon con sociedades establecidas como la maya o la inca, además de conflictos locales de distintos grupos que rivalizaban con los aztecas. Es decir, mientras que en el norte los colonizadores desplazaron a los nativos, hacia el sur tuvieron que aprender a convivir y mezclarse con los locales para poder imponer sus formas. Otro rasgo determinante, al menos para Vasconcelos, era la situación geográfica misma que lo lleva a afirmar: “Nuestra psicología como regla es psicología del apostador; apostamos con nuestra riqueza y con nuestras oportunidades en la vida; de hecho, apostamos con nuestra vida”.
Entre 1921 y 1924 José Vasconcelos fue secretario de educación. En la dependencia ejerció la política y descubrió su vocación por el servicio público. Si tomamos en cuenta que hacia 1929 buscó la presidencia, podremos entender que en 1926 dictara las ponencias: La democracia en Latinoamérica y El problema racial en Latinoamérica. En la primera cuestiona los regímenes dictatoriales y las paradojas del caudillismo, en tanto que manifiesta su simpatía por el escritor y luego presidente argentino Domingo Faustino Sarmiento, entre otras cosas por su formación intelectual. En lo que toca a la segunda, defiende el mestizaje y las posibilidades que abre para el desarrollo de una civilización como la nuestra. Es decir, los discursos son parte de su carrera política. Cuestionables o no sus argumentos, lo cierto es que a la luz del tiempo no han perdido vigencia, Yépez que se ha preocupado por analizar lo que conocemos como mexicanidad –léase su ensayo La increíble hazaña de ser mexicano-, sabe del valor de las reflexiones de Vasconcelos por eso rescata unos documentos que sin necesidad de apologías, ni afanes reivindicativos, es pertinente leer.

No hay comentarios: